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Cómo analizar y reorganizar el espacio de vida

Un apartamento puede no tener más que dos habitaciones y un piso, cuatro o más. Todas las habitaciones pueden estar en la misma planta o, por el contrario, repartirse en otras plantas: la cocina y las habitaciones de convivencia en el primer piso y los dormitorios en el segundo. El suelo de la vivienda puede ser continuo o puede haber desniveles entre las habitaciones. Son muchas las características de una vivienda que hacen de cada domicilio un caso particular.

 

El análisis que usted haga debe tener en cuenta el estado físico e intelectual de su familiar.

El análisis para detectar los posibles problemas del espacio donde se vive, puede ser más o menos fácil según las dimensiones del mismo y de su disposición. Pero además, la vida de una persona que tiene dificultades para desplazarse no es la misma que la de otra que tiene perdidas de memoria y desorientación y que se dedica a vagar por la casa.

Dicho de otra manera, el análisis no debe tener solo en cuenta su vivienda, sino tambien el estado fsico y/o intelectual de su familiar, sabiendo que su estado se agrabará progresivamente y que puede ser incapaz de hacer hoy lo que hacía bien ayer. Tiene usted que seguir esta involución y tomar las medidas oportunas.

 

Las tres reglas fundamentales

- Utilizar el sentido común

No hay una regla precisa a seguir por que las necesidades de remodelacion son muy diferentes al comparar distintas viviendas. Observe atentamente… y recuerde las tres preguntas a las que debe responder antes de tomar una decisión (ver ficha 1)

- Llevar a cabo modificaciones que simplifiquen la vida, no que la compliquen

Si usted decide cambiar la disposición de las habitaciones o de los muebles, hágalo con un sentido de simplificación. No complique inútilmente la situación existente.

- Tener en cuenta las capacidades físicas e intelectuales que conserva la persona mayor

Cada cambio debe realizarse en funcion de las capacidades residuales de la persona mayor. Si no tiene problemas de orientación para encontrar el baño, es inútil señalizar el camino. Tiempo habrá de hacerlo cuando su familiar lo necesite.

 

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Puntos “calientes”

– Los Pasillos

Son lugares bien de paso obligado, para ir de una habitación a otra (por ejemplo, el pasillo que va desde el dormitorio de su familiar al cuarto de baño) o bien espacios que la persona mayor utiliza para recorrer la casa (por ejemplo, puede deambular siempre por el mismo camino desde el salón a la cocina).

En los dos casos estas vías de paso deben estar libres de obstáculos, tanto en el suelo como adosadas a la pared.

– Las habitaciones peligrosas

Hay habitaciones que por los objetos que sulen albergar son potencialmente más peligrosas que otras. Este es el caso de la cocina, el cuarto de baño y el dormitorio de su familiar.

* La cocina, por la presencia de electrodomésticos, aparatos que funcionan con gas y despensas con productos de limpieza, tóxicos en su mayor parte si son consumidos, …

* El cuarto de baño, por su suelo resbaladizo, el borde de la bañera, que hay que sobrepasar para entrar salir de ella, la ducha que es necesario tomar de pie, …

* El dormitorio, por la cantidad de muebles que hay, por su frecuento falta de iluminación, por los problemas al bajar de la cama,… Cada habitación debe ser objeto de un atento análisis para establecer medidas de seguridad y adaptarlas a cada caso (ver fichas “la Cocina”, “el cuarto de baño” y “el dormitorio”).

– Las escaleras

Para subir o para ir al sótano. En los dos casos se trata de elementos peligrosos donde las caídas son frecuentes. Es prioritario establecer medidas de seguridad en ellas.

 

El interés de la señalización.

Las personas mayores con frecuencia se orientan mal, incluso en un ambiente conocido. Olvidan progresivamente donde están las cosas: los platos, los cubiertos, la ropa de vestir, las llaves… También olvidan para que sirven las habitaciones.

Es importante facilitarles la identificación de las diferentes habitaciones y de recordarles visualmente el sitio de las cosas que utilizan corrientemente. Este es el fin de la señalización.

En las puertas pegue usted pequeños carteles (20 x 30 cm) que reproduzcan un objeto evocador de la habitación: una cama para el dormitorio, una bañera para el cuarto de baño, una cubeta de WC para los servicios. Sobre su armario, pegue el dibujo de un vestido o traje; sobre el armario de los zapatos, un zapato; sobre el armario de la cocina o aparadores, dibujos de platos o cubiertos;…

El dibujo debe ser fácil de identificar: a veces es mejor una bañera clásica con sus pies bien visibles que una bañera moderna encastrada. El color elegido puede ayudar a atraer la atención.

La señalización puede también servir para identificar mejor los trayectos por la casa, sobre todo por la noche. Por ejemplo, desde el dormitorio hasta el servicio. Flechas luminiscentes adhesivas ayudarán a encontrar el servicio y a hacer rápidamente el trayecto.

 

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