Hacerle a él la vida más fácil
Con la edad los hábitos cambian. En lugar de pasear fuera de casa, los mayores prefieren deambular por el domicilio, de la cocina al dormitorio. Ello comporta que su trayecto habitual debe estar libre de obstáculos. Hay que tener esto en cuenta cuando se acondiciona la vivienda. Averiguar sus recorridos más habituales y hacer que el mayor tenga espacio libre para deambular a su gusto… sin riesgo de caerse.
Hacerle a Vd. mismo la vida más fácil
A menudo usted instintivamente se pregunta: “¿Pero que es lo que más tiene que suceder todavía?»
Sepa que todo lo que haga por facilitarle la vida también facilitara la suya. Ninguna de las precauciones o disposiciones que adopte serán inútiles. Todas ellas le permitirán a usted sobreponerse a la angustia de que ocurra un accidente o una catástrofe inesperada, y aliviaran la tensión permanente que pesa sobre usted y las demás personas de su entorno.
Antes de cada modificación que pudiera hacer, pregúntese estas tres cosas:
– ¿Mejora su seguridad?
– ¿Le simplifica a él la vida?
– ¿Me simplifica a mí la vida?
Un cambio vale la pena de ser hecho cuando se responde “si» a las tres preguntas.
Se trata de disminuir los riesgos potenciales que corre la persona mayor o que puede hacer correr a las personas de su entorno. La seguridad implica también el control de las posibles vías de escape del domicilio para evitar una salida nocturna intempestiva, así como tener aseguradas las ventanas y las escaleras si las hubiera. Un cambio vale la pena de ser hecho cuando se responde “si» a las tres preguntas. Se trata de disminuir los riesgos potenciales que corre la persona mayor o que puede hacer correr a las personas de su entorno. La seguridad implica también el control de las posibles vías de escape del domicilio para evitar una salida nocturna intempestiva, así como tener aseguradas las ventanas y las escaleras si las hubiera. Un cambio vale la pena de ser hecho cuando se responde “si» a las tres preguntas.
Lo que no hay que hacer
Usted esta lleno de buenos deseos y quiere convertir el domicilio donde vive su familiar en el lugar más seguro, más cómodo de habitar… y más agradable. Pero hay un cierto número de cosas que no hay que hacer:
– No transforme su cuarto en una habitación de hospital
Una cama medicalizada puede ser útil en un momento dado… pero no sirve de nada emplearla como precaución. Debe dormir tranquilamente en su cama, durante todo el tiempo que sea posible (ver la ficha “El dormitorio»).
– No intente cambiar todo.
La persona mayor ha vivido durante mucho tiempo en su casa. Está habituada a todo lo que le rodea, aunque a usted no le guste. Su dormitorio puede tener un papel de flores en la pared que es lo que se ponía hace años. No debe usted imponerle una nueva decoración mural en colores vivos. Esto puede desorientarle. Conserve usted la originalidad de las diferentes habitaciones. No quite más que lo superfluo.
– Evite usted hacerlo todo a la vez
No intente resolver todos los problemas al mismo tiempo; el arreglo de la cocina, del baño, de los lavabos…. Examine las habitaciones una a una y con calma. Anote lo que piensa que debería hacer. Pida consejos a profesionales de la decoración. Y si tiene que hacer cambios, hágalos de forma gradual.
No lanzarse a llevar a cabo las modificaciones sin un plan bien definido
Si la situación de su familiar le obliga a Vd. a realizar trabajos de acondicionamiento del hogar, hágalo usted después de llevar a cabo un plan detallado de lo que piensa que es necesario para él.
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