Vestirse

Vestirse es una operación compleja que requiere secuencias precisas (ponerse una prenda antes que otra), necesita una correcta orientación del cuerpo, una habilidad gestual para abrocharse los botones o abrir y cerrar una cremallera.

El acto de vestirse supone:

-Una planificación de lo que vamos a hacer durante el día.

-Una evaluación del tiempo que va a hacer.

-Una elección de las prendas estrechamente vinculada con los dos elementos que acabamos de definir.

-Una gesticulación precisa.

 

Además, tenemos que saber donde se encuentran las distintas prendas: los calzoncillos y los calcetines en tal cajón de la cómoda, la falda o el pantalón en una percha en el armario, los zapatos abajo. Y por fin, sabemos cómo abrocharnos la camisa, anudar los cordones de los zapatos, manejar un cinturón, ponernos un sostén.

Son operaciones que realizamos cada día, sin que nos planteen ningún problema pero…hemos aprendido como vestirnos (y no hemos olvidado este aprendizaje). Sabemos elegir una prenda u otra prenda para que vayan «a juego» y que correspondan a las condiciones climáticas del dia o al entorno en el cual nos vamos a mover.

Ya no es el caso de la persona afectada por la enfermedad de Alzheimer. Para ella, todo se vuelve cada día mas difícil, pierde poco a poco la capacidad de elegir y decidir cuál será su vestimenta. Ya no se acuerda de donde guarda la ropa.

 

Por tanto, no es extraño que su familiar se sienta mal, con miedo a equivocarse o a sentirse perdido. Esto lo angustia, tendrá tendencia a ponerse las mismas ropas durante varios días seguidos, incluso para dormir. De esta forma evita los problemas que le puede plantear arreglarse.

 

Déjele siempre el tiempo necesario

Su familiar necesita más tiempo que Vd. para vestirse. Sus movimientos son más lentos, no domina correctamente la coordinación de sus manos, brazos y piernas. Lo que normalmente necesita 10 minutos puede alargarse hasta media hora. De nada sirve meterle prisa sino aumentar su confusión, retrasar el proceso y, a veces, desencadenar una reacción violenta o agresiva. Al verse incapaz de realizar esta tarea, su familiar puede gritar, llorar, agitarse e incluso, intentar pegarle. Si Vd. tiene prisa, pide a otra persona que le ayude o retrase el momento de vestirle.

Evite que su familiar tenga que elegir

A medida que evoluciona la enfermedad de Alzheimer, la elección se hace más difícil hasta resultar imposible. Cuando su familiar empiece a darse cuenta de esta dificultad puede negarse a vestirse o ponerse siempre la misma ropa. Vd. tiene que elegir en su lugar y proponerle elecciones sencillas.

Disponga las prendas en el orden en que vaya a ponérselas

Felicite siempre una vez vestido

Es muy importante para su seguridad y autoestima. Es importante para él, pero también para los demás miembros de la familia, los vecinos y los amigos. Una vez vestido, llévele delante del espejo y coméntele: «¡Qué guapo estas ¡Qué bien vas vestido hoy!!»

 

Cuando su familiar rechaza vestirse

Es la forma que su familiar ha elegido para decirle que algo pasa, para llamar su atención.

Guarde la calma,intente saber por qué ocurre esta reacción de rechazo:

  • Su familiar no recibe de su parte la ayuda correcta. Hay operaciones que les parece imposibles de realizar;
  • No le gusta el vestido;
  • La temperatura de la habitación es baja y el no quiere quitarse la ropa de dormir;
  • Está previsto en el curso del día un acontecimiento (paseo, visita de un amigo, consulta del médico) y su familiar lo rechaza. Pueden existir varias otras causas. Solo Vd. puede detectarlas.

En todo caso, no le fuerce: acaríciele, cálmele… y vuelva a intentarlo más tarde.

 

¿Cómo vestirle en la silla de ruedas?

Por cuestiones de seguridad y comodidad se recomienda:

– Mangas ajustadas para evitar que la prenda se enrede en las ruedas.

– Faldas largas para las mujeres. Estas faldas caen con facilidad sobre las rodillas cuando están sentadas.

– Zapatos bajos que se ajusten bien y con suelos antideslizantes.

– Chaquetas, abrigos cortos para que su familiar no tenga que sentarse sobre ellos.

 

¿Cómo escoger la ropa?

A eliminar

  • Todo lo que sea inútil como corbatas, cinturones y accesorios.
  • Las ropas difíciles de poner.
  • Vestidos que se abrochan por detrás.
  • Cierres del cinturón difíciles de manejar.
  • Vestidos con botones múltiples y pequeños.
  • Zapatos de cordones.
  • Ropas estrechas o medias (difíciles de poner)
  • Pijama con cordones…

 

A elegir

  • Ropas fácilmente lavables que no necesitan plancha.
  • Ropas fáciles de poner:
  • Donde se distingan claramente la parte delantera de la parte trasera.
  • Que se abrochen por delante
  • De una sola pieza
  • De una talla ligeramente superior a la de su familiar para que sean más fáciles de poner. Si ha perdido peso, elija dos o tres de sus prendas y arréglelas.
  • Cierres sencillos: grandes botones o broches de presión, cinturón elástico ajustable, cierres con velcro, tirador para cremalleras (atar un cordón de plástico transparente al agujero del tirador de la cremallera. Tirando del lazo, se cierra la cremallera).

 

Para una mujer

  • Usar sostenes que se abrochan por delante
  • Remplazar los “pantis», difíciles de poner, por medias sin talones
  • Elegir una braga que se puedan poner y quitar fácilmente
  • Usar faldas cruzadas

 

Para un hombre

  • Olvidarse de las corbatas, de los cuellos que aprietan y de camisas ceñidas
  • Usar camisetas, chándal, sudaderas, jerséis con cuello en V

 

Calzado y zapatillas

  • Eliminar zapatos y zapatillas que puedan favorecer los resbalones, en particular los que no sujeten totalmente el pie (chanclas)
  • Elegir calzado y zapatillas con suela antideslizante
  • Comprar zapatos sin cordones tipo mocasín
  • Elegir zapatos y zapatillas que no hagan ruido en sus idas y venidas nocturnas.

 

¿Cómo reorganizar el armario?

A lo largo de los años, tenemos tendencia a aumentar el contenido del armario, incluso con ropa que ya no nos ponemos más. A vosotros mismos nos cuesta encontrar lo que buscamos.

Para su familiar y para Vd. más vale realizar una supervisión del armario según las reglas siguientes:

-Deje únicamente 2 o 3 prendas que su familiar le guste llevar. Cámbieselas en función de la época del año.

-Intente que todas las prendas quepan en el armario para evitar desplazarse del armario a la cómoda, a la estantería del vestíbulo, etc.

-Reserve una estantería para las medias y calcetines, otra para los calzoncillos y las bragas.

-Los zapatos y zapatillas puedan colocarse en la parte baja del armario.

-Lo ideal es que cada prenda sea visible directamente sin necesidad de abrir uno o varios cajones; incluso para ayudarle a identificarlas, puede pagar pequeños carteles o pegatinas con el dibujo de las distintas prendas.

-Señale el armario colocando un cartel con el dibujo de una prenda de vestir. Este cartel debe ser de tamaño grande (por ejemplo 20 cm x 30 cm) con la representación de una prenda cuya interpretación no lleva a dudas.

 

Además de facilitar la selección de los vestidos y prendas, la supervisión del armario presenta dos ventajas adicionales:

– A veces, el familiar se levanta durante la noche, quiere salir de casa, abre el armario y saca prendas. Si las prendas son pocas, es más fácil recogerlas.

– El armario también puede servir a su familiar para esconder objetos, alimentos.

 

Una revisión periódica es útil y más fácil de realizar cuando el contenido ha sido seleccionado.

No olvide revisar el armario en el cambio de estación.

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Usar el servicio o baño

Ir al servicio no es tan simple. Para su familiar afectado por la enfermedad de Alzheimer puede resultar una prueba imposible de superar.

 

¿Cómo facilitarle esta actividad?

Acondicionar correctamente el servicio

Es un paso imprescindible por que a medida que evoluciona la enfermedad, su familiar tendrá más dificultades.

1. Quitar o inmovilizar el cerrojo para evitar que su familiar quede encerarlo.

2. Indicar claramente la puerta con un cartel llevando el dibujo de la taza del inodoro.

3. Despejar el acceso al cuarto de baño: quitar sillas, felpudos, objetos que pueden demorar la llegada de su familiar.

4. Dejar una luz encendida para que pueda su familiar tener acceso fácil durante la noche : luz en el pasillo, luz en el servicio.

5. Poner barras laterales que permitan a su familiar sentarse y levantarse con facilidad (chequear previamente que su altura sea apropiada).

6. Acondicionar, si es necesario, el inodoro con un asiento mas elevado ( ver en las tiendas de material ortopédico y médico).

7. Quitar el felpudo del cuarto de baño si lo hay.

8. Chequear que estén los utensilios necesarios.

 

Evaluar la movilidad de su familiar

Muchos ancianos no se mueven tan rápidamente como nosotros. Sufren artrosis, dolor de cadera, deformaciones de las articulaciones, de los pies lo que reduce su movilidad. También, ciertas zapatillas no toman bien el pie y obstaculizan la marcha.

Vd. tendrá que tener en cuenta el tiempo necesario para que su familiar se desplace hasta el servicio para no evitar fugas antes de llegar.

 

Conocer su capacidad para desvestirse y para vestirse

Puede ocurrir fugas porque su familiar, al llegar al cuarto de baño, no tiene la velocidad necesaria para desvestirse. En este caso hay que:

– decirle que se desabroche bien el pantalón, que se suba la falda, etc. y ayudarle;

– seleccionar vestidos que facilitar esta operación.

 

Disponer el material de aseo para facilitar su uso

– Papel higiénico en un sitio bien visible y fácil de acceso (si se usa un rollo, corte varias hojas lista para usar).

– Indicar con un cartel donde esta la cadena, el mando de la cisterna.

– Si hay un lavabo, disponer de jabón y una toalla pequeña

Tomar un Baño o Ducha

Tomar un baño o una ducha representa una serie de operaciones complejas para su familiar. Es necesario desnudarse, llenar la bañera o abrir el grifo adecuado del baño o de la ducha, lavarse, aclararse, secarse y volverse a vestir.

Así que no es sorprendente que él lo rechace con frecuencia. La insistencia por parte de usted puede desencadenar una reacción agresiva.

Por otra parte, cada uno de nosotros ha desarrollado una conducta automática de sus hábitos higiénicos. Los hay que prefieren bañarse, otros ducharse, unos se bañan por la mañana y otros por la noche.

Básese en los hábitos anteriores de su familiar para crear una rutina de baño o de ducha: siempre a la misma hora, siempre siguiendo las mismas fases sucesivas. Sepa que un baño diario no es siempre necesario.

 

Fase de preparación

Es importante que todo este preparado antes de decir a su familiar que va a tomar un baño o una ducha.

– Prepare el material de aseo colocando todo como siempre y bien visible:

  • jabón (es más fácil utilizar jabón líquido en un dispensador),
  • cepillo de dientes, pasta de dientes, vaso para el agua,
  • máquina de afeitar,
  • toalla.

– Prepare su ropa de día o de dormir para ayudar a vestirle, prenda a prenda ya finalizado el aseo.

– Prepare la bañera antes de que entre en el cuarto de baño:

  • Evite llenarla. Demasiada agua le puede asustar;
  • Controle la temperatura del agua a fin de evitar que esté demasiado caliente y le queme: si Vd. utiliza un termómetro de baño, la temperatura del agua debe ser de 37º.
  • Evite el gel o la espuma de baño

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Aseo e higiene personal

Al inicio de la enfermedad de Alzheimer, su familiar podrá todavía cuidarse el mismo. Pero poco a poco, manifestara un descuido progresivo y tendrá, día tras día, mas dificultades para realizar estas actividades necesarias a si aseo personal:

– Pierde el deseo de estar presentable.

– Es más fácil no lavarse que hacer frente al conjunto de operaciones y de elecciones que presenta un baño o una ducha.

– Ha perdido la noción del tiempo y para el una semana equivale a un día.

 

El papel del cuidador es fundamental para que el familiar pueda desarrollar las tareas de aseo personal con el objeto de:

– Conservar su dignidad y su autoestima.

– Prevenir la aparición de enfermedades, en particular infecciones que puedan empeorar su estado.

 

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Alimentación sana y adecuada a su estado

La desnutrición y la perdida de peso son habituales en el curso de la enfermedad.

Irónicamente, los pacientes con EA tiende a comer menos justo cuando requieren una nutrición de alta calidad para una buena salud general y para cubrir sus necesidades energéticas, que a menudo se incrementa al avanzar la enfermedad. Las personas con la Enfermedad de Alzheimer, llegan a la malnutrición por distintas razones.

 

En los primeros estadíos, el deterioro de la memoria y de¡ juicio puede interferir con la compra, almacenamiento y cocinado de la comida. Los miembros de la familia a menudo no reconocen estos cambios tempranos y sutíles en el comportamiento y pueden no ser conscientes de que la persona con Alzheimer no está comiendo de forma regular y saludable.

Mucha gente con EA, declara que tiene dificultades para oler y saborear la comida. Algunas veces el difícil para ellos distinguir una comida de otra. Pueden ya no disfrutar las comidas que antes eran sus favoritas, así que comen menos.

 

 

 

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Las comidas

A medida que la enfermedad progresa y la memoria disminuye, la hora de la comida se hace más problemática. Ahora bien, una buena alimentación, bien equilibrada, es indispensable para prevenir las infecciones, las lesiones cutáneas y una debilitación con pérdida de peso.

Esta buena alimentación interesa a los dos: al familiar, por los motivos que han sido expuestos, y a Vd., para que pueda tener éxito en el esfuerzo cotidiano que realiza.

1 ¿Qué hacer?

1.1. Organice sus comidas como una rutina

Utilice un mantel y platos de plástico, de color diferente para que los distinga bien.

Reduzca los cubiertos al mínimo indispensable y dé le los adecuados sucesivamente en función de la comida: la cuchara sopera con la sopa, el tenedor y el cuchillo con la carne, la cucharilla con el postre.

Trate de encontrar platos con ventosa para que no los pueda volcar, utilice un bol mejor que un plato.

Póngale un babero que se abroche detrás del cuello.

Hágale comer siempre a la misma hora, en el mismo entorno.

Si la cocina es suficientemente grande, es una habitación conveniente (con suelo fácil de limpiar) y Vd. podrá vigilarle mientras se ocupa de cocinar.

Póngale los platos de manera sucesiva, nunca juntos.

Procure alrededor de él un ambiente de calma. No le fuerce. Trate de persuadirle amigablemente.

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Reglas generales para realizar las ABVD

Existen reglas generales que debe seguir el cuidador para que se desarrollen con éxito las actividades básicas de la vida diaria.

 

Regla 1: Organice las actividades básicas de forma «rutinaria»

Cada uno de nosotros crea, a lo largo de su vida, una rutina en el desarrollo de las actividades básicas diarias:

– solemos comer cada día a la misma hora y en el mismo lugar (comedor, cocina)

– nos aseamos según un orden casi ritual. Por ejemplo, Juan, al levantarse, empieza por lavarse la cara, afeitarse, tomarse una ducha y peinarse. Juan ha creado su rutina personal y la sigue cada día.

Vd. sabe que su familiar pierde poco a poco la memoria y que es incapaz de aprender nuevos comportamientos. La única solución es echar mano a una rutina precisa (la suya) para el desarrollo de las actividades tales como comer, lavarse, vestirse, etc.

 

En este caso, la rutina se define como hacer:

– las mismas cosas,

– en el mismo orden,

– en el mismo sitio,

– y a los mismas horas.

Esta regla es el secreto del éxito.

 

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Actividades básicas de la vida diaria

Las «actividades básicas de la vida diaria» (ABVD) son estrechamente vinculadas a los cuidados personales: (asearse, vestirse, ir al aseo, comer…)

Son actividades que realizamos todos los días y que responden a una «rutina» personal que cada uno de nosotros ha creado a lo largo de los años. Tenemos la costumbre de comer a la misma hora, nos aseamos siempre en el mismo orden (por ejemplo, lavarse los dientes, lavarse la cara, afeitarse, peinarse).

Son actividades básicas que realizamos sin la ayuda de nadie porque somos autónomos.

 

¿Qué supone el buen desarrollo de estas actividades en una persona normal?

El primer paso es el aprendizaje. El niño aprende de sus padres como lavarse, como utilizar  cubiertos y no comer con los dedos,  como usar el servicio. Incluso aprendemos a manejar artilugios eléctricos: depiladora, máquina de afeitar…

Sabemos dónde se encuentran las cosas, para qué sirven las distintas habitaciones de la casa  (el cuarto de baño, la cocina, el servicio).

Realizamos sin problemas y casi sin pensar la mayoría de estas actividades. Son casi automáticas y nos parecen simples en su ejecución, aunque en realidad, se necesitan secuencias sucesivas para realizarlas.

 

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Las 10 reglas de oro del cuidador

Vivir las 24 horas del día y de la noche con un familiar afectado por la enfermedad de Alzheimer es una prueba para la que ninguna persona está preparada.

Estos diez consejos le servirán como reglas de oro para “capear» con éxito las situaciones que se le van a presentar.

Léalas detenidamente.

No intente aplicarlas todos a la vez. Elija el o los consejos que mejor le parecen adecuarse con la situación actual.

 

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Cuidar según las fases

Como cuidar al enfermo según en que fase de la enfermedad se encuentre:

Fases en la demencia

Cambios habituales experimentados por personas afectadas por demencia

¿Qué hace el cuidador?

 

 

 

Fase ligera

 

  • Se vuelve olvidadizo, especialmente sobre hechos recientes.

  • Puede tener alguna dificultad en la comunicación, como por ejemplo al buscar una palabra concreta.

  • Tiene alguna desorientación en lugares familiares.

  • Pierde la noción del tiempo, incluyendo el día, mes, año y la estación.

  • Tiene dificultades en la toma de decisiones y a la hora de manejar las finanzas personales.

  • Tiene dificultad para realizar tareas domésticas complejas.

  • En el plano afectivo y comportamental:

  • Se vuelve menos activo y motivado, perdiendo el interés en hobbies y otras actividades.

  • Puede presentar cambios de humor, incluyendo depresión o ansiedad.

  • En alguna ocasión puede reaccionar de forma agresiva.

 

Los miembros de la familia comienzan a percatarse de los cambios y pueden animar a su familiar a buscar asesoramiento (en la fase de pre-diagnóstico).

 

Los familiares se dan cuenta del nuevo rol de cuidador que tienen que asumir (a menudo como resultado del diagnóstico).

 

  • Proporcionar apoyo emocional durante el diagnóstico y cuando la persona está deprimida o ansiosa.

  • Recordar y preguntar sobre hechos pasados, tareas, y otras cosas para ayudarle a mantener la independencia y la participación.

  • Proporcionar ayudas para las actividades instrumentales (manejo de las cuentas personales, ir a la compra, etc.).

 

Fase moderada

 

  • Se vuelve muy olvidadizo, especialmente sobre los hechos recientes y los nombres de las personas.

  • Tiene dificultades para ubicarse en el tiempo, la fecha, el lugar en el que se encuentra y hechos pasados; puede perderse en su casa así como en el vecindario.

  • Cada vez tiene más dificultades para la comunicación (tanto de expresión como de comprensión).

  • Necesita ayuda con el cuidado personal (para ir al baño, asearse o vestirse).

  • Es incapaz de llevar a cabo con éxito actividades como preparar la comida, cocinar, limpiar o ir a hacer recados.

  • Ya no es capaz de vivir solo en condiciones seguras sin un apoyo considerable.

  • Los cambios en el comportamiento pueden incluir vagabundeo, repetición de preguntas, llamadas constantes, aferramiento hacia el cuidador, trastornos del sueño o alucinaciones (ver u oír cosas que no existen).

  • Puede mostrar un comportamiento desapropiado en casa o en el vecindario (desinhibición o agresividad).

 

 

Los cuidadores se dan cuenta de su papel como supervisor

 

  • Utilizar estrategias de comunicación para facilitar la comprensión.

  • Proporcionar ayuda para llevar a cabo el cuidado personal.

  • Proporcionar ayuda para otras actividades de la vida diaria tales como la preparación de la comida o el vestirse adecuadamente.

  • Responder y manejar correctamente las alteraciones conductuales y los comportamientos inapropiados.

Fase grave

 

  • Normalmente tiene desorientación temporal y espacial

  • Tiene dificultades para reconocer lo que pasa a su alrededor

  • Incapaz de reconocer a sus familiares, amigos y objetos familiares.

  • Incapaz de comer sin ayuda, puede tener dificultades para tragar correctamente.

  • Requiere más ayudas para el cuidado personal (ir al baño y asearse)

  • Puede tener incontinencia urinaria o fecal.

  • Tiene problemas de movilidad; puede perder la capacidad de andar y quedarse en una silla de ruedas o en la cama.

  • Cambios en el comportamiento; pueden agravarse incluyendo agresión hacia el cuidador y agitación no verbal (patalear, golpear, gemir o gritar).

  • Incapaz de ubicarse en el domicilio o la residencia.

 

 

Se producen demandas de atención significativas hacia el cuidador, ya que la persona se vuelve completamente dependiente y pierde la capacidad de comunicar sus deseos y necesidades.

 

  • Proporcionar cuidados, apoyo y supervisión constantemente.

  • Proporcionar asistencia total para comer e ingerir líquidos.

  • Proporcionar un cuidado físico completo (ir al baño, asearse, vestirse y desplazarse).

  • Manejar los problemas comportamentales.

Síntomas comunes experimentados por personas con demencia y las actividades llevadas a cabo por los cuidadores

*Referencia “Dementia: a Public Health Priority”. WHO 2012 

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Vida social

“No me he dado cuenta al inicio de la enfermedad de marido que iban a desaparecer los amigos de siempre. Pensaba contar con ellos…y que me ayudarían. Pues no. Empezaron a espaciar sus visitas…primero los amigos que tenía en su lugar de trabajo y después los que de verdad consideraba como verdaderos amigos. Al cabo de 4 meses, nadie venía a visitarle.»

Las lesiones de la enfermedad trastocan un área del cerebro que se encarga de gestionar la vida afectiva…es decir las relaciones con el mundo exterior y las otras personas. Así se explica la perturbación, a menudo desde el inicio de la enfermedad, de las actividades sociales.

Su familiar les huye, incluso cuando se desarrollan en el marco de la familia, porque le obliga a captar mucha información, a adaptarse a ellas y a contestarlas. No se siente capaz de asumir esta situación y se aísla progresivamente.

Además el mundo exterior le parce un universo hostil y inquietante.

 

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